Siento alivio al ver que alguien consigue hablar públicamente de este tema. Por lo que he visto, la opacidad se impone cuando se trata de cuestionar un statu quo tóxico, donde la legalidad no importa, y mucho menos la ética o el compromiso con la sociedad. Qué pasa en una administración donde esos cargos de dirección –jefaturas de servicio, subdirecciones– se asignan sin criterios de profesionalidad, solo por conveniencias oscuras? Qué pasa cuando las personas que hacen ver su perspectiva honesta sobre contrataciones, concesiones y demás manejos viciados, pasan al ostracismo de por vida? Según mi experiencia, y lo que he podido saber –por ejemplo, en la trama Gürtel– se quedan relegadas, sin que ningún órgano de control –comités contrra el acoso, valedoras do pobo, Administración de justicia u órganos administrativos internos– hagan más que avalar la situación con su firma pesebrera. Las buenas intenciones, solo para el papel marchito de los diarios oficiales y para llenar bocas en intervencioens públicas cuando corresponde pedir el voto a la chusma estafada.
Siento alivio al ver que alguien consigue hablar públicamente de este tema. Por lo que he visto, la opacidad se impone cuando se trata de cuestionar un statu quo tóxico, donde la legalidad no importa, y mucho menos la ética o el compromiso con la sociedad. Qué pasa en una administración donde esos cargos de dirección –jefaturas de servicio, subdirecciones– se asignan sin criterios de profesionalidad, solo por conveniencias oscuras? Qué pasa cuando las personas que hacen ver su perspectiva honesta sobre contrataciones, concesiones y demás manejos viciados, pasan al ostracismo de por vida? Según mi experiencia, y lo que he podido saber –por ejemplo, en la trama Gürtel– se quedan relegadas, sin que ningún órgano de control –comités contrra el acoso, valedoras do pobo, Administración de justicia u órganos administrativos internos– hagan más que avalar la situación con su firma pesebrera. Las buenas intenciones, solo para el papel marchito de los diarios oficiales y para llenar bocas en intervencioens públicas cuando corresponde pedir el voto a la chusma estafada.
Qué alivio saber que somos cada vez más los que estamos dispuestos a señalar lo obvio. Un gusto leerte, amigo.